Ocho de cada diez argentinos optan por el sedentarismo- La principal excusa de la inactividad es la falta de tiempo

En nuestro país, esta situación está vinculada con el alto riesgo de infarto.- Según la Sociedad Argentina de Cardiología, hay que incentivar el ejercicio

El corazón de los argentinos no sólo se ve afectado por la crisis. El sedentarismo, dicen los cardiólogos, es uno de sus peores enemigos. En nuestro país se calcula que sólo el 20% de la población está físicamente activa. Dicho de otro modo: ocho de cada diez personas son sedentarias.

El estudio Factores de Riesgo Coronario en América del Sur (Fricas) comparó los factores de riesgo en personas con infarto de miocardio con individuos que no lo habían padecido. El trabajo comprobó que el 88% de los pacientes argentinos del grupo con infarto y el 82 % del grupo control (sin infarto) era sedentario. Sólo un 8% del grupo infarto y un 11% del grupo control realizaba actividad física de una a tres veces por semana, mientras que lo hacía más de tres veces por semana el 4% del grupo infarto y 6% del grupo control.

Estimular a la comunidad

“Es posible observar que los sujetos que habían sufrido infarto eran más sedentarios, aunque la tasa de sedentarismo global fue muy alta en ambos grupos”, dice un documento de la Fundación Cardiológica Argentina, brazo comunitario de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

La institución se ha adherido a una Declaración sobre la Actividad Física para el Día Mundial de la Salud. Ambas han aprobado junto a la Fundación Interamericana del Corazón una serie de principios básicos que orientan y estimulan a la comunidad a practicar rutinariamente actividades físicas moderadas.

Según explicó a LA NACION el doctor José Martínez Martínez, presidente de la fundación, se necesitan en el país estrategias para promocionar un estilo de vida físicamente activo, como estimular a la gente a caminar o andar en bicicleta en forma segura y sencilla.

Costumbres nocivas

“Todos los elementos de la vida moderna fueron llevando al hombre y la mujer hacia estilos de vida más sedentarios”, explica la SAC.

Pensemos, dice la institución, en los electrodomésticos como el lavarropas, los pañales descartables (son grandes adelantos, pero se ha perdido la posibilidad de mantener un mayor tono muscular en los brazos), el control remoto, los autos eléctricos para trasladarse durante un partido de golf, el auge de la computadora, la automatización de la actividad laboral, los mejores servicios de transporte, los ascensores y las escaleras mecánicas…

A pesar de estas comodidades, “la excusa más frecuente para no hacer ejercicios es la falta de tiempo”, afirma el doctor Martínez Martínez.

Una encuesta realizada recientemente en los Estados Unidos indica que un americano promedio pasa 19 horas semanales frente al televisor o la computadora, más allá de su actividad laboral.

Aunque en la Argentina existen pocos estudios de este tipo, lo importante es rescatar que “con sólo pasar tres horas realizando algún tipo de actividad física de leve a moderada intensidad (como una caminata), los norteamericanos tendrían la oportunidad de reducir hasta en un 40% su riesgo de infarto en los próximos diez años”, dice el especialista.

Aún así, le quedarían 16 horas libres para mirar la tele o divertirse con la computadora.

La Nacion
7/4/2002

 

Peligros del Sedentarismo

La inactividad en los hombres eleva el riesgo de fracturas -Las más frecuentes son las de cadera.

NUEVA YORK (The New York Times).- Los hombres inactivos tendrían mucho más riesgo de sufrir fracturas de todo tipo, en especial de cadera, que los varones que hacen algún tipo de ejercicio.
Investigadores suecos hallaron, luego de descartar variables relacionadas con la salud y el comportamiento, que los hombres sedentarios eran 1,5 veces más propensos que sus pares más activos a sufrir una fractura ósea y 2,5 veces más propensos a romperse la cadera.

Aunque el equipo sueco no puede explicar el mecanismo detrás de esto, propuso una teoría: el ejercicio aumentaría la resistencia del esqueleto, la masa muscular y mejoraría el equilibrio. Los hombres activos que participaron en el estudio hacían tres o más horas semanales de ejercicio intenso.
Los investigadores suecos analizaron los antecedentes clínicos de 2205 hombres de entre 49 y 51 años, y los siguieron durante 35 años. En este período, 482 participantes sufrieron por lo menos una fractura. Luego, entrevistaron a los hombres y los volvieron a examinar a los 60, 70, 77 y 82 años. Al final del período de seguimiento, el 31 de diciembre último, 896 participantes seguían vivos. Estos resultados se publican en PLoS Medicine.

En cada una de las cinco entrevistas, los investigadores les hicieron a los participantes las mismas preguntas: si miraban televisión y películas, si realizaban otras actividades sedentarias, si caminaban o andaban en bicicleta por placer y si practicaban algún deporte. También les realizaron pruebas físicas y biopsias musculares para medir la aptitud física y confirmar si los hombres que decían realizar gran cantidad de actividad física realmente lo hacían. El cruce de registros clínicos con las funciones laborales permitió incluir información sobre el nivel de actividad física en el trabajo.

Los científicos observaron que los hombres que realizaban los niveles más altos de actividad física registraban menor cantidad de fracturas y que aquellos más sedentarios tenían la mayor cantidad. Esta asociación se mantuvo para todo tipo de fracturas, aunque fue más evidente en la rotura de cadera. Asimismo, los hombres que aumentaron el nivel de actividad física semanal lograron reducir la cantidad de fracturas.

“Nunca es demasiado tarde para empezar a hacer ejercicio, aunque no se le puede decir a una persona de 85 años que empiece a hacer ejercicio intenso tres horas por semana. Sólo les preguntamos a los hombres si hacían actividad física regular, pero no sabemos qué actividad tiene el mayor efecto”, dijo el doctor Karl Michaelsson, autor principal del estudio y profesor de cirugía y epidemiología de la Universidad de Uppsala, en Suecia.

Los científicos controlaron el análisis para evitar errores debido a ciertas variables que pueden influir en el nivel de ejercicio y el riesgo de fractura, como son el tabaquismo, el consumo de alcohol, el índice de masa corporal, el dolor de espalda o articulaciones, más distintas enfermedades, como las cardiovasculares, gastrointestinales, neurológicas e inflamatorias.

“Siempre le recomendamos a los pacientes hacer ejercicio y es bueno saber que podría reducir el riesgo de fractura”, opinó la doctora Elizabeth Shane, de la Universidad de Columbia, que no participó en el estudio.