Una cuestión lastimosa: Distinguir el dolor bueno del malo…
Sabemos que el ejercicio causa algún discomfort o estado de dolor muscular en la mayoría de los individuos, sin importar a veces el grado de aptitud física.
Surge entonces, la importancia de reconocer las distintas variantes de dolor: el “dolor bueno”, que es sinónimo de beneficios desde el punto de vista del deporte en sí mismo, y el “dolor malo”, el cual puede predisponer o dar lugar a una lesión o condición más seria.
Los dolores musculares pueden ser ocasionados por una gran variedad de actividades musculares; pero entre las causas más frecuentes están:
Movimientos en contra de la gravedad o impulsos hacia adelante como correr cuesta abajo, bajar barras con pesas y la fase de descenso al hacer abdominales o sentadillas;
Dolor Bueno y Dolor Malo
El llamado dolor bueno es conocido como el discomfort o molestia muscular que surge como parte del ejercicio y el rendimiento atlético. La fibra muscular para mejorar, debe ser sometida a un nivel de stress superior al habitual: este incremento del estímulo es percibido como el “punto de incendio” del músculo. Dicho “punto de incendio”, denominado dolor bueno, es la base de la popular frase: “no duele, no ganas”. Su principal característica es que aparece durante o inmediatamente después del ejercicio. Causado por fatiga muscular, debería disminuir con unos pocos minutos a un par de horas de descanso.
Por su parte, hay dos grandes áreas generales a tener en cuenta cuando definimos el dolor malo. Una es secundaria a la fatiga y al sobreentrenamiento, y la otra es el dolor que es específico a un componente particular del sistema músculo esquelético. La fatiga que se extiende por horas o inclusive días después del ejercicio indica que la capacidad fisiológica del individuo ha sido excesivamente sobrepasada, esto quiere decir, los músculos y las reservas de energía de los mismos no están siendo adecuadamente repuestas después de la actividad física. Cuando la fatiga se vuelve crónica, la causa más frecuente es el trabajo intenso sin el descanso adecuado.
¿Qué causa el dolor?
Entre las explicaciones más comunes sobre las causas de los dolores musculares se incluyen la acumulación de ácido láctico, los espasmos musculares, o los daños producidos en la estructura interna del propio músculo. Paulatinamente, las últimas investigaciones sobre este tema han ido descartando a las dos primeras, siendo en gran parte la explicación del daño muscular, la que se ha instalado como causa con una sólida base científica.
Se ha descubierto que los movimientos que causan el dolor muscular producen un daño localizado en las membranas de la fibra muscular y de los elementos contráctiles. Irritantes químicos son liberados por las fibras dañadas y pueden irritar los receptores del dolor en el músculo. Este daño causa con frecuencia la inflamación del tejido muscular.
Disminución del Dolor
Las personas que padecen de dolor y músculos rígidos y doloridos no podrán practicar ni desempeñarse a su máximo potencial. Por esto, más allá del uso de hielo, drogas antiinflamatorias y de fisiokinesioterapia, la primera medida es la indicación de un nuevo programa de entrenamiento, el cual deberá aumentar de manera gradual y progresiva la intensidad y duración durante varias semanas con el fin de prevenir o reducir el dolor, la debilidad y las lesiones.
Más aún, la fase temprana del programa de entrenamiento deberá reducir al máximo los movimientos innecesarios que tengan componentes excéntricos o negativos como la carrera cuesta abajo y los saltos pliométricos. Al entrenar para carreras a campo traviesa y otras actividades en las que los movimientos excéntricos no se pueden evitar, los entrenadores tendrán que esperar más tiempo para que el músculo se recupere.
Un músculo dolorido es un músculo dañado y como a cualquier tejido dañado, se le debe dar tiempo para que se recupere; este proceso puede necesitar de días adicionales de entrenamiento ligero, después de un día de entrenamiento que causó un fuerte dolor muscular.
Dr. Pablo Corinaldesi
Bibliografía utilizada: E. McFarland et al. Guide to good and bad pain for health / fitness professional ACSMS Health and Fitness Journal. Vol. 7: 11- 16, July / August 2005.
Priscilla M. Clarkson, Ph. D. El dolor muscular y que se puede hacer al respecto. Department of Exercise Science University of Massachusetts. SSE Gatorade Sports Science Institute, 2002. www.gssiweb.org